Este plato es perfecto para aquellos a los que les resulta difícil hacer que su familia coma pescado. A mí me gusta tanto que es como chuchería, me lo puedo comer con hambre, sin hambre y a cualquier hora del día :)
Ingredientes:
- 300 gr de arroz
- 200 gr de bacalao desalado
- 100 gr de bacalao ahumado
- 2 puerros
- 2 dientes de ajo
- agua
- sal y pimienta
- perejil
- harina
- aceite de oliva extra virgen
- salsa de tomate
Se escalda el bacalao desalado con mucha agua (se echa en una ollita con agua fría y cuando empiece a hervir se baja un poco el fuego y se escalda durante un minuto).
Cuando ya esté escaldado, se saca el bacalao y se reserva el agua.
Se lavan los puerros (no olvidar quitar la primera capa) y picarlos finamente. Se pochan los puerros en aceite de oliva virgen extra.
Una vez pochados se agrega el arroz y se rehoga.
Se añade el agua de escaldar el bacalao (sólo la necesaria, yo voy añadiendo a medida que el arroz lo va necesitando) y sal al gusto.
Cocinar durante 15-20 minutos (es decir, hasta que el arroz esté listo) y después se deja reposar unos 4-5 minutos. Tras el reposo se pone en un bol y se deja enfriar.
Aparte, se pica el bacalao ahumado y se incorpora a la mezcla de arroz y puerros ya enfriada. Se deshace y se pica el bacalao escaldado y se añade a la mezcla anterior.
Se maja el ajo con perejil y pimienta negra recién molida y se agrega a la mezcla.
Se mezcla todo bien y se hacen las bolas de las albóndigas. Se pasan las albóndigas por harina y se fríen. Al sacarlas de la sartén se colocan sobre papel de cocina para que absorba el aceite sobrante.
Se calienta la salda de tomate (puede ser casera o de bote) y se sirven las albóndigas sobre la salsa de tomate.
Y ya veréis qué rico!!!
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