Después del mes de agosto ya por fin estoy de vuelta, y no será porque he estado de vacaciones, sino por todo lo contrario, he estado bastante liada con trabajo, lo que no son malas noticias!
Si la última entada era una receta de pastel de verduras, hoy traigo otra de puerros, perfecta para estas fechas en las que todavía hace calor, al menos por aquí en el sur. En cualquier caso, este plato es apto para comer en cualquier momento y estación del año, ya que se puede comer frío o caliente, solo o acompañado. Y está buenísimo!
Paso ya directamente a los ingredientes:
- 600 gr de puerros
- 2 vasos de caldo de verdura
- 4 huevos
- 200 gr de nata
- 40 gr de harina
- 200 gr de queso de burgos
- 1/2 cucharadita de levadura
- sal
- pimienta
- perejil
Se trocean los puerros y se sofríen con un poco de sal (yo los pico en una picadora para aquellos en mi familia que no les gusta encontrar trozos, pero no hace falta, es sólo cuestión de gusto).
Cuando el puerro empiece a estar doradito se añade el caldo de verdura. Se cuece hasta que el caldo haya desaparecido.
Aparte, se baten los huevos y se incorpora la harina y la nata. Se bate. Salpimentar.
Se añade el queso y la levadura y se vuelve a batir. Se incorporan los puerros y se mezcla todo bien. Añadir sal si se quiere (yo no añado ninguna más, por cuestiones médicas estamos acostumbrados a comer con poca sal).
Se introduce la mezcla en un molde previamente untado de aceite o margarina y se mete en el horno precalentado a 180º durante 45 minutos.
Y ya está. Se saca del horno, se deja enfriar un poco, se desmolda y a comer, en ese momento u otro día. Y ya veréis qué rico. En mi casa se come solo, con tomate frito, con mayonesa, etc.
Probadlo y ya me contáis!
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